En un sillón ya muy viejo, me siento a meditar
y tan solo pienso, mirando mis recuerdos: Ese camino... nunca más.
Se oye la voz siniestra de la muerte y su triste canto
en el camino largo y agitado de un solitario destino
Nadie, tan solo yo, que fui tras sus pasos... conoció su voz
En espera de un mejor destino, poco a poco me crucé en su camino
Tan triste, tan desalentado... mejor no lo recuerdo
En espera de ver una luz más clara, poco a poco anochecí en su mansión
Tan cansado, tan desesperado... mejor ya no lo cuento
Solo recuerdo con tristeza, aquellos años de soledad
y con una sonrisa le digo a mi destino : ese camino... nunca más.
En espera de mejor vida, mi vida se hundió en sus brazos
Y en busca de más amigos, me arrastraron sus manos
Así somos lo que buscamos, tan presurosos, tan desalentados
una luz en las tinieblas, un camino sin destino.
Solo recuerdo con alegría, aquel momento tan extraño
y con lagrimas les digo a mis hijos: ese camino... nunca más.
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